QUE EL ÁNGEL DE LA JIRIBILLA LOS ACOMPAÑE.

martes, 7 de septiembre de 2010

NO HAY PATRIA SIN LA CARIDAD DEL COBRE

Ellos eran tres, dicen: unos esclavos que habían salido en busca de sal. Los tres Juanes: un muchacho negro de 10 años (Juan Moreno) y dos hermanos de pura sangre india (Juan y Rodrigo de Hoyos), que trabajaban en las minas de cobre de la región. Corría el año de 1613. En el medio de la bahía de Nipe hallaron una imagen de la Virgen que rezaba: “Yo soy la Caridad”.
La encontraron en el mar. Para muchos, la leyenda tiene otro camino: había una tormenta en la zona y los tres Juanes, a punto de morir, fueron salvados por la milagrosa imagen. Para todos los cubanos, protege a los balseros en sus viajes lunáticos escapando de Cuba. Oshún, en su sincretismo afrocubano: orisha de las aguas dulces, de la sensualidad, la coquetería, la sexualidad femenina, el amor, la fertilidad. Cachita, para todos los cubanos. Septiembre, su mes. Hoy, 8 de septiembre, millones de cubanos en el mundo entero le llevarán girasoles o cualquier flor amarilla para rendirle tributo. Para rogarle por nuestro pobre país. Para pedirle, como hicieron nuestros héroes en el siglo XIX:
Desenvainando su espada Agramonte, como en el rescate de Sanguily, arengó a sus reducidas fuerzas, esta vez con un solo grito nacido del alma del bayardo:
"¡Que la Caridad del Cobre nos ilumine!"
El General Antonio Maceo dijo en una arriesgada situación militar:
"Vamos a cargar con el machete y con la Caridad del Cobre".
Y es José Marti, el Apóstol de la Independencia Cubana, el que en versos que tituló “Virgen María”, cuando iba por los caminos del mundo gritando el dolor de Cuba, dirigió a la Virgen este ruego vehemente:
"Madre mia de mi vida y de mi alma,
Dulce Flor encendida,
Resplandeciente y amorosa gasa
Que mi espiritu abriga".

"Mata en mi la zozobra
Y entre la sombra de mi alma brilla....
!El peregrino muera!
!Que la Patria no gima".

No hay patria sin La Caridad del Cobre.
Que ella nos ilumine en los tiempos por venir.

Santa María de la Caridad
que viniste como mensajera de paz,
flotando sobre el mar.
Tú eres la Madre de todos los cubanos.
A ti acudimos, Santa Madre de Dios,
para honrarte con nuestro amor de hijos.
En tu corazón de Madre ponemos
nuestras ansias y esperanzas,
nuestros afanes y nuestras súplicas;

Por la Patria desgarrada,
para que entre todos construyamos
la paz y la concordia.

Por las familias,
para que vivan la fidelidad y el amor.
Por los niños, para que crezcan sanos
corporalmente y espiritualmente.

Por los jóvenes para que afirmen su fe y
su responsabilidad en la vida y
en lo que da el sentido a la vida.
Por los enfermos y marginados,
por los que sufren en soledad,
por los que están lejos de la Patria,
y por todos los que sufren en su corazón.
Por la Iglesia Cubana
y su misión evangelizadora,
por los sacerdotes y diáconos, religiosos y laicos.
Por la victoria de la justicia
y del amor en nuestro pueblo.
¡Madre de la Caridad,
bajo tu amparo nos acogemos!
¡Bendita tú entre todas las mujeres
y bendito Jesús, el fruto de tu vientre!
A Él la gloria y el poder,
por los siglos de los siglos. AMEN.

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