QUE EL ÁNGEL DE LA JIRIBILLA LOS ACOMPAÑE.

sábado, 4 de octubre de 2008

TRIBUTO A JUAN CLEMENTE ZENEA I

El poeta fue asesinado en La Cabaña por las tropas españolas. Eso lo sabía yo desde que estudié la Licenciatura. Pero visitar el cenotafio en el Foso de los laureles, escenario de tantos fusilamientos, fue una experiencia única. Después, vendrían días de trabajo, visitas guiadas a muchos militares que contaban espeluznantes historias allí, al pie de los muros acribillados. Pero la presencia de Zenea siempre estuvo conmigo, en un lugar marcado por la sangre y el odio.

Recuerdo un día que organicé un homenaje al poeta. Una especialista en Literatura dio una conferencia, leyó los poemas más hermosos del bardo cubano. Y bajamos al foso, en procesión silenciosa, con una ofrenda floral al poeta olvidado. Creo que fue la única vez en La Cabaña que se hizo -al menos, en los seis años que trabajé allí. Y aunque sólo nos acompañaron los muchachos del Servicio Militar y el grupo de jóvenes museólogos, sentí que había hecho algo muy importante en su memoria.Porque aunque la mayoría de los habaneros desconoce la sangrienta historia del Foso de los laureles desde el siglo XIX hasta bien entrado el XX y sólo los especialistas saben del calvario de Zenea; aunque son pocos los que conocen del cenotafio triste abandonado a la desidia, Zenea siempre estuvo conmigo en esos años de La Cabaña.

2 comentarios:

Sandra Nélida Pécora dijo...

Piti: un millón de besos desde estas Tierras del Plata. La Negra

Pitibuchi dijo...

Holaaaaaaaaaa, qué gusto saber de ti. Intenté dejarte un mensaje en tu blog el otro día pero no me dejó.

Estás perdida.

Besos