QUE EL ÁNGEL DE LA JIRIBILLA LOS ACOMPAÑE.

sábado, 18 de abril de 2009

UNA REFLEXIÓN PARA TODOS


Seis hindúes sabios, inclinados al estudio, quisieron saber qué era un elefante. Como eran ciegos, decidieron hacerlo mediante el tacto. El primero en llegar junto al elefante, chocó contra su ancho y duro lomo y dijo: «Ya veo, es como una pared». El segundo, palpando el colmillo, gritó: «Esto es tan agudo, redondo y liso que el elefante es como una lanza». El tercero tocó la trompa retorcida y gritó: «¡Dios me libre! El elefante es como una serpiente». El cuarto extendió su mano hasta la rodilla, palpó en torno y dijo: «Está claro, el elefante, es como un árbol». El quinto, que casualmente tocó una oreja, exclamó: «Aún el más ciego de los hombres se daría cuenta de que el elefante es como un abanico». El sexto, quien tocó la oscilante cola acotó: «El elefante es muy parecido a una soga». Y así, los sabios discutían largo y tendido, cada uno excesivamente terco y violento en su propia opinión y, aunque parcialmente en lo cierto, estaban todos equivocados.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Necios somos, claro está. Cada quién define como puede o quiere a su elefante...

Pitibuchi dijo...

Querido Topo: el ser humano es por naturaleza terco, egoísta, sordo y ciego. Efectivamente, cada quién tiene a su elefante.En estos momentos, Cuba es un elefante difícil de definir pero, por primera vez, el cazador ha bajado el fusil. La pregunta, ¿ qué hará de diferente el elefante?

Creo que el elefante no sabe qué hacer ante un cazador que no le quiere disparar. El elefante necesita al cazador enemigo para sobrevivir en su selva utòpica.

Un gran abrazo

Anónimo dijo...

¿SABIOS? Vaya.

Blu