Me cuentan de La Suprema Corte, de Pototo y Filomeno y de tantos cómicos cubanos que no conocí por haber nacido DESPUÉS DE. A mi memoria vienen programas como San Nicolás del Peladero, Detrás de la fachada, aquel humor, la risa, tan importante para poder vivir. Años después, serían los grupos Nos-y-otros, Punto y coma, Carlos Ruíz de la Tejera y, por supuesto, Sabadazo, donde trabajaron -y también partieron al exilio- muchos de los cómicos más jóvenes Los festivales del Aquelarre eran impresionantes maratones de ingenio agudo, donde la realidad del país discurría entre medias frases, opiniones veladas, puntillazos a donde dolía. Porque el choteo de nuestra realidad es la manera más directa, fructífera y agradecida de la crítica, la que agradece el pueblo y apenas tolera el gobierno.
Para no ponernos trágicos ni dramáticos. Para no llorar por una ciudad que ya no existe. Para no inmolarnos por gritar en la calle... vamos a chotear a La Habana.
http://www.youtube.com/watch?v=wcSzNDRZ8Ek
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