QUE EL ÁNGEL DE LA JIRIBILLA LOS ACOMPAÑE.

lunes, 30 de junio de 2008

DEL OTRO LADO MI VIDA Y EL POLICIAL CUBANO ACTUAL. SEGUNDA PARTE


Del otro lado, mi vida, es una novela cubana que no puede desmarcarse de una tradición tan enraizada en escritores y lectores. Es, por lo tanto, una obra policíaca pero no negra porque todavía no se separa de ciertos elementos del enigma clásico –incluyendo a los policías, la viejita del CDR y los colaboradores. Coquetea –eso sí- en la denuncia de los males que aquejan a la sociedad cubana de hoy porque de igual forma que no se pueden soslayar a los investigadores que forman parte de la policía o a ciertos órganos populares que rigen la vida de Cuba tampoco se pueden obviar a jineteras, santeros, homosexuales, salidas ilegales del país, descontentos. Si borramos ambos polos estamos representando una Cuba que no existe. Pero no es una visión descarnada y negra de la realidad cubana sino que intenta ser básicamente poliviogra con un ingrediente que el género no ha explotado en Cuba: la novela histórica.

Del otro lado, mi vida, se narra en dos bloques temporales diferentes, aunque el espacio sea único: un bloque narrativo que se desarrolla durante la toma de La Habana por los ingleses en 1762 y otro en La Habana de fines del siglo XX. Personajes y hechos históricos reales, mitología africana representada en los cultos sincréticos afrocubanos, la vida en La Habana del siglo XX con sus carencias y sueños, el amor dividido por diferencias raciales, primero y por desavenencias políticas, después; un esquizofrénico dueño de una leyenda fantasmal, se conjugan para crear una trama llena de laberintos donde los personajes duales Juan Pontón-loco y Helena-María Josefa cuentan una historia alucinante, ficcional, histórica, policíaca, actual, donde un asesino en serie se convertirá en el azote de las jineteras mulatas de ojos verdes que se atrevan a ejercer su oficio en las noches románticas del Morro de La Habana.

La novela tiene una estructura dividida en tres partes y tres treguas:
- PRIMERA PARTE: SILENCIO, SILENCIO
LA NOCHE LLEGÓ
- SEGUNDA PARTE: DEL OTRO LADO, MI VIDA.
- TERCERA PARTE: CASO FANTASMA


- PRIMERA TREGUA: DEDICADA A LA HABANA. CUANDO TERMINA LA PRIMERA PARTE.
- SEGUNDA TREGUA: DEDICADA A INGLATERRA. A MITAD DE LA SEGUNDA PARTE
- TERCERA TREGUA: DEDICADA A ESPAÑA. A MITAD DE LA TERCERA PARTE.

El sistema de personajes de la obra está construido a base de dualidades. Los protagónicos María Josefa-Helena muestran a dos mujeres separadas en el tiempo –Helena vive en La Habana moderna y María Josefa es una esclava de 1762- pero que por designios de los santos son una. María Josefa habita en Helena como una presencia que reclama atención y ayuda.Por otra parte, Juan Pontón, personaje histórico del siglo XVIII, recobra vida en el Juan Pontón moderno, en este caso, por casualidades del destino que les ha otorgado el mismo nombre y apellido. Juan Pontón II, el loco, se cree una especie de reencarnación del alférez de la corona española y realiza sus crímenes en nombre de la justicia y el amor. No obstante, el esquizofrénico, en su fijación, dice los parlamentos más dolorosos de la obra porque se siente atacado al ver que las mujeres cubanas venden su cuerpo a los extranjeros. Esto es una clara alusión a un problema de Cuba que se ha dado en llamar jineterismo: la prostitución en búsqueda de dólares o regalos por parte de extranjeros. Juan Pontón I es el coprotagónico de María Josefa y el II el de Helena. Pero también El Cubo, el policía que sigue la investigación de los asesinatos del Morro es el coprotagónico de Helena, con quien sostiene una relación tempestuosa.

El resto de los personajes, principales y secundarios, contribuyen a completar la trama. Una dualidad interesante es la que conforman El Cubo y Julio, una especie de Holmes y Watson. Totalmente diferentes en su forma de ver la vida, estos amigos comparten sus trabajos, son compadres pero, al mismo tiempo, difieren ostensiblemente en sus posiciones. Esta gama de personajes se mueven entre la ficción y la historia para concederle a la novela una serie de subtramas que van tejiendo el laberinto de la narración.

Narrada en tercera persona omnisciente, con cambios a segunda y monólogos, Del otro lado mi vida indaga en la Historia a partir de una ficción policíaca. La novela moderna utiliza este tipo de recursos literarios en el proceso escritural donde la investigación minuciosa de ciertos momentos históricos proporciona el trasfondo contextual de lo que se cuenta. Esto permite recrear personajes y hechos históricos e, incluso, crear vidas completas a partir de la realidad.

Una peculiaridad de la obra son las tres treguas. No es común que una novela utilice un recurso ensayístico en sus páginas pero la posmodernidad ha abierto las fronteras en los géneros. Dentro de la narración policial aparecen estas treguas, especie de pequeños textos argumentativos con carácter histórico que responden, cada uno, a una hipótesis. La primera, inmersa en el escrito, es, ¿ ERA LA HABANA UN LUGAR INEXPUGNABLE EN 1762? La segunda, más obvia, aparece al final del primer párrafo, ¿ QUIÉN ERA INGLATERRA EN 1762? Por último, la tercera, diluida en el texto, es ¿PODÍA ESPAÑA DEFENDER A CUBA? Y, definitivamente, ¿POR QUÉ NO LO HIZO? Las tres treguas cumplen una función manifiesta: hacen de descanso dentro de la historia policial, aporta datos históricos concretos y rompe con el esquema “clásico” de la novela al utilizar el género ensayístico.

Del otro lado, mi vida se inserta dentro de una tradición literaria cubana –el género policíaco- que está en pleno auge en estos momentos. Entronca con la misma en tanto conjuga los elementos del policíaco clásico de enigma: un asesino en serie, un investigador holmesiano con su Watson acompañante, una serie de pistas, la resolución del crimen. Pero aquí hay también la recreación de una vieja leyenda en un castillo habanero a los que se suman los dioses afrocubanos y los amores imposibles. Al reconstruir y reficcionar la historia desde una óptica moderna, la novela propone un nuevo camino no explorado todavía por la literatura policíaca cubana: el policial neo-histórico con elementos de las leyendas populares. Y es que, queramos o no, Juan Pontón, el fantasma sin cabeza, sigue saliendo en las noches del Morro.

De la nada surgió la primera figura, alta en su presencia imaginada en los muros, esbelta en los pasos majestuosos, sublime en la forma de llevar la espada. Un espeso fluido invisible le corría por el cuello, las manos, los brazos. El color del traje se confundía con el líquido que brotaba de la cabeza. La levantó, agarrándola por los cabellos y, espada en mano, caminó hacia las sombras que lo protegían y cobijaban. Las luces del Faro atravesaban su cuerpo sin proyectar sombras. Era el jefe indiscutible de la noche del Morro. Un ejército de entes inimaginables le salió al encuentro, cubriendo cada una de sus postas. Algunos carecían de piernas o de extremidades superiores; otros, presentaban en su cuerpo boquetes de una desmesurada profundidad. Nada importaba en aquel mudo y etéreo relevo de guardia. Todos conocían su puesto sin intercambiar palabras o gestos. La larga figura vestida de rojo chequeaba en silencio la perpetuidad de la Historia y sus Mitos. El cañonazo lo sorprendió frente a la tarja de Texeda. Hizo un saludo militar, reglamentario, a su capitán caído y se esfumó hasta el próximo martes.

MUCHAS GRACIAS.

4 comentarios:

Buscapiés dijo...

He pasado y he leído.

Sandra Nélida Pécora dijo...

Besos, siempre estoy...

Anónimo dijo...

Hola, Efrén, un gusto. Te escribo enseguida para explicarte lo de la revista.

Un beso

Anónimo dijo...

Gracias, Sandra, por estar siempre. Leí lo de Adán y Eva... hermoso.

Un beso