QUE EL ÁNGEL DE LA JIRIBILLA LOS ACOMPAÑE.

martes, 22 de mayo de 2012

MI PRIMERA VISITA A LA LIBRERÍA

El sábado mi mamá le dijo a mi papá: Vamos a llevar a la pasita a la librería. La pasita soy yo, pero sólo para mi mamá porque para mi papá soy La Conejita. Dice mi papá que cuando yo crezca voy a ser una Conejita y que por eso no puedo engordar porque las Conejitas tienen que ser flacas para que queden bien en las fotos y que con el dinero que gane voy a mantenerlos a ellos dos. Yo no lo entiendo porque los conejitos son animalitos gorditos y peludos y no sé cómo voy a convertirme en uno de ellos cuando crezca… tampoco sé qué trabajo tan bueno tienen estos peluditos que pueden mantener a familias completas. En fin, lo guardo en mi baúl de incomprensiones para cuando sea más grande. La librería es un lugar grande lleno de eso que llaman libros y que mi mamá no me deja tocar en la casa. Dice mi mamá que en la librería ella pierde la cabeza pero por más que la vigilé no vi cuándo pasaba eso. ¿Será que las personas mayores se quitan la cabeza en la librería y la guardan en un cajón, para no perderla? Eso me dio miedo porque, ¿y si después no encuentra la llave? ¿qué va a hacer mi mamá sin cabeza? Me preocupa mucho porque nadie me cantará entonces… es que mi papá es muy desafinado y no se sabe ninguna letra. Por el momento, si mi mamá perdió la cabeza en la librería, parece que la volvió a encontrar porque la tiene puesta. Me gustó la librería porque hay libros-mamá y libros-Elenita. Los libros-mamá no se tocan porque mamá se enoja pero los libros-Elenita se pueden morder, babear, jalar y no pasa nada. Mamá me dio dos libros-Elenita y estoy muy contenta con ellos porque los puedo morder a mi antojo, sobre todo al pato que chilla y al pececito que tiene un espejo: los dos son muy chistositos. Me compraron también un libro-Elenita que parece libro-mamá porque sólo ella entiende las figuras extrañas que cuentan cuentos, así que por la noche ella me traduce las figuras-que-no-se-entienden mientras yo veo las figuras-Elenita-que-se-entienden. Y nos divertimos las dos. Ahora, ya tengo los inicios de mi biblioteca con libros que se pueden babosear y libros mamá-Elenita. Un niño, en la librería, le preguntó a mi mamá que si yo sabía leer y cuando mi mamá le dijo que no, que era sólo una bebé, el niño se enojó, ¿Qué hace entonces en una librería? Eso me puso furiosa, vaya niño tonto: hay libros para cada edad, incluso para bebitas como yo. Y me prometí aprender pronto eso que llaman “leer” para tener una librería bien grande para mí y que ningún tonto me venga a decir qué puedo o no leer.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Ese es el primer relato, de un libro sobre Elena.

DAVID