
Me preocupa muchísimo, en grado más que superlativo, la posición de la RAE (Real Academia Española) en las nuevas disposiciones del Diccionario Panhispánico de dudas. Siempre hemos acudido a los diccionarios en búsqueda de la REGLA, de cómo se debe decir o escribir una palabra. Para eso existen las normativas: para trazar una pauta, un camino. Por eso me resulta altamente absurdo que ante cualquier duda, las respuestas de la Academia sean básicamente balbuceantes y misteriosamente conciliadoras. ¿Se pueden dar el lujo, los que dictan las leyes y las reglas, de ser paternalistas y abarcadores? Creo que ahí radica el grave peligro de lo que está sucediendo hoy en día: la RAE pretende ser aglutinadora pero con una benevolencia que nos hace daño.
No me imagino leyes del tránsito que digan: “Ud. debe doblar en la próxima esquina a la izquierda pero como por uso la mayoría lo hace a la derecha, le dejamos a su conveniencia la decisión” O la ley de un país que rece: “ La basura no se dejará en la entrada de las escuelas pero como la comunidad la deja, le dejamos a su conciencia el paso a seguir” ¿ Se imaginan un mundo donde en vez de preceptos claros y precisos que limiten el mal comportamiento humano existan pautas ambiguas en la sociedad? ¿ A dónde llegaríamos si los Códigos penales empezaran a dictar postulados del tipo siguiente:”Se juzgará con penas de hasta 20 años de privación de libertad a quien trafique con estupefacientes pero como el tráfico es un problema generalizado dejamos a la conveniencia de cada juez la condena a aplicar”.
No, desgraciadamente, no estoy exagerando. Cuando se acude a una consulta con la RAE el objetivo es claro: buscamos la respuesta única, no el complaciente “a su conveniencia”. Esto, en lugar de unir al idioma, lo está destrozando. Una muestra:
licuar(se). ‘Hacer(se) líquida una sustancia sólida o gaseosa’. En el uso culto se acentúa preferentemente como averiguar (→ APÉNDICE 1, n.º 6): «Se licuan los tomates» (Ronald Frutoterapia [Col. 1998]); pero es hoy frecuente, y también válida, su acentuación como actuar (→ APÉNDICE 1, n.º 7): «Todo se licúa» (NHerald [EE. UU.] 15.1.98).
Es decir, el uso culto exige la acentuación como averiguar pero como los que no son cultos lo acentúan como actuar, la RAE prefiere quedar bien con los dos y aceptar ambas acepciones. Y me pregunto, ¿acentuaremos en las universidades el verbo licuar como irregular mientras los que no son “cultos” lo acentuarán como regular? ¿Qué estamos haciendo? En vez de trazar la regla y hacer que la gente estudie y se supere a la norma culta, la RAE está incentivando la desidia y la indiferencia: pobrecitas las masas incultas, no saben qué es un verbo irregular, que lo tilden cómo quieran ¿Qué le decimos a un niño de primaria? ¿Cómo explicamos esta descabellada solución? Pero hay más:
guion1 o guión. ‘Escrito que sirve de guía’ y ‘signo ortográfico’. La doble grafía, con o sin tilde, responde a las dos formas posibles de articular esta palabra: con diptongo (guion [gión]), caso en que es monosílaba y debe escribirse sin tilde; o con hiato (guión [gi - ón]), caso en que es bisílaba y se tilda por ser aguda acabada en -n. La articulación con diptongo es la normal en amplias zonas de Hispanoamérica, especialmente en México y en el área centroamericana; por el contrario, en otros países americanos, como la Argentina, el Ecuador, Colombia y Venezuela, al igual que en España, esta palabra se articula con hiato y resulta, pues, bisílaba. Debido a esta doble articulación, y con el objetivo de preservar la unidad ortográfica, en la última edición de la Ortografía académica (1999) se establece que toda combinación de vocal cerrada átona y abierta tónica se considere diptongo a efectos de acentuación gráfica. Por ello, en guion y otras palabras en la misma situación, como ion, muon, pion, prion, Ruan, Sion y truhan, se da preferencia a la grafía sin tilde, aunque se permite que aquellos hablantes que pronuncien estas voces en dos sílabas puedan seguir tildándolas (→ TILDE2, 1.2).
¡Con el objetivo de preservar la unidad ortográfica! ¿Qué unidad se logra con la ambivalencia? Las unidades –como indica su nombre- se logran con una sola idea, con una NORMA. Me imagino a un profesor en una escuela internacional: “A ver, mijo, ¿de qué país eres? ¿De México? Ah, no, tú tienes que ponerle acento y para ti es diptongo. ¿Y tú? ¿De Venezuela? Tú puedes ponerla sin acento, porque en tu país así se usa” ¿Y los profesores que imparten español a extranjeros? ¿ Qué dirán? " Bueno, dependiendo del país de habla hispana dónde se encuentre, así acentuará la palabra guión"
Puede ser muy cómico si no resultara altamente absurdo y peligroso. ¿Qué esperamos de la RAE? La ley. La regla. Sin límites claros y precisos, el ser humano no crece. Esperamos que nos diga: Licuar, verbo irregular, se usa igual que negociar. Guión – como soy cubana, me corresponde con acento- es diptongo y lleva acento. Lo demás es populismo lingüístico, afán por caerles bien a todos y no ser los malos de la película. Y me da mucha pena decirles, señores académicos, que vamos a la anarquía del español, a su división irremediable y un fin muy triste si no se toman las medidas pertinentes. Y pronto: el asunto no admite demoras. Nuestros alumnos están extraviados en este mar de concesiones.